Revisando la forma en que los adultos son presentados en películas, programas, series de televisión, etc., detecté que en los 90 ---particularmente a partir de las películas Home Alone (Mi pobre angelito), pero creo, también que pudo haber comenzado antes--- comenzó una tendencia de presentar a los adultos como lejanos, descuidados, olvidadizos, tontos, neuróticos, ensimismados. Esta forma de representación del mundo adulto, a saber: los adultos no tienen el control, sino que lo tienen los niños, no terminó con el cambio de siglo, al contrario, fue in crescendo hasta llegar a la década presente.

Con esta información, nos hicimos la pregunta: ¿Por qué este fenómeno? Y encontramos un hito muy interesante en los mensajes publicitarios: colocaban a los niños como las personas a cargo de las situaciones, no los adultos, puesto que si logras desplazar a los adultos o al menos los colocas en una posición menor en jerarquía, no como padre o madre, sino como hermano(a) del niño, entonces la puerta de entrada para el mercado se hace más ancha y puede actuar en las emociones de los niños. No sé si esto es exacto (sé que hay investigación al respecto diciendo que lo es), pero lo que sí sé es que es mucho más difícil disciplinar* a los niños, guiar sus vidas. Entonces, si hemos de guiar a los niños, modelar un tanto sus vidas (como padres, ése es nuestro papel), pero al mismo tiempo ven un montón de ‘cosas’ en que los adultos no somos muy inteligentes ni estamos presentes y en contacto, y los niños salvan, una tras otra, las situaciones (mensaje muy recurrente), entonces es sumamente difícil ser en casa y de manera auténtica la figura de autoridad. Es como darnos un balazo en el pie. 

Muchísima gente me lo ha comentado: la cantidad de problemas que han aparecido en casa junto con la permisividad en el uso de las pantallas, y cómo estos problemas se suavizaron cuando pusieron atención a este uso. Nuevamente, no se trata de ser antipantalla, sino de ser reflexivo: qué está pasando en mi casa, con mi familia; ¿puedo realmente ser el guía de mi niño si al mismo tiempo permito que entren por las pantallas ese torrente de mensajes en que los adultos, como yo, son representados como los tontos de la película? 

*Y con disciplinar apelo a la raíz de la palabra: discípulo, aquél que sigue al que valora; no me refiero a una disciplina dura, arbitraria, que desvincula. Recuerden que estamos hablando aquí de conexión

Este texto es una traducción y transcripción de una conferencia oral, impartida en noviembre de 2016, por Kim John Payne.