7o GRADO

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Para el joven de 7º grado, la infancia ha quedado atrás y se confronta con un nuevo mundo de emociones y sentimientos que necesita explorar, iniciando la aventura hacia su propio ser interior. En la búsqueda de sus propios valores, de su propia individualidad, de su propio camino necesita tomar distancia de lo establecido y experimenta un rechazo al adulto, a la autoridad, a la tradición, cuestionando los límites que estos le imponen. Ahora viven en él fuerzas de transformación que lo impulsan a la búsqueda de nuevos horizontes. Estas mismas fuerzas se reconocen en la vida de los exploradores, descubridores y reformadores que le serán presentados en sus clases de Historia, alrededor de tres temas centrales: La época de la Exploración, el Renacimiento y la Reforma.
     En la época de la Exploración, el estudiante de 7° grado se encontrará con individuos como Magallanes, Enrique el Navegante y Cristóbal Colón, que fueron más allá de los límites, crearon una nueva perspectiva para el mundo y conquistaron lo desconocido. Podrá ahondar en sus experiencias cuando en la clase de Astronomía haga observaciones y elabore mapas de las principales constelaciones. El Renacimiento y la Reforma se caracterizan por un nuevo tipo de pensar, que llevó a las grandes figuras de ese tiempo a rebelarse contra el sistema, a enfrentar a la autoridad y trascender los límites de su época, tanto en el arte (Rafael, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Brunelleschi) como en la religión (Lutero, Calvino) y la ciencia (da Vinci, Copérnico, Tycho Brahe, Kepler, Galileo). En el encuentro con estos personajes notables, el adolescente tiene la posibilidad de identificarse interiormente. Así como sucedió en estos momentos cruciales de la historia de la humanidad, en el joven de 7º grado surge un nuevo tipo de pensar y empieza a ejercitar su razonamiento y a emitir juicios del mundo que le rodea. Para ello tiene que desarrollar la capacidad de tomar distancia de sus propios sentimientos, con lo que surge la perspectiva y el comienzo de la objetividad. Es un buen momento para aprender y practicar el dibujo de perspectiva. 
    En el estudio de las Ciencias, se alienta la observación detallada de los fenómenos y la redacción de informes minuciosos que cultiven la objetividad. Con las facultades cognitivas y el pensamiento crítico que empiezan a aflorar en el joven de 7º grado, crece la necesidad de comprender las relaciones causales del mundo y ejercer un juicio crítico. El adolescente ya no se contenta con solo experimentar los fenómenos de la Física y reflexionar sobre sus experiencias; ahora quiere saber cómo ocurren dichos fenómenos y está ansioso por cuantificarlos. Los temas de Física que se introdujeron en 6º (acústica, óptica, calor, magnetismo y electricidad) evolucionan y se adecuan a estas necesidades. La claridad y simplicidad de las fórmulas matemáticas ayuda a equilibrar las emociones que pueden nublar el juicio. Los cambios hormonales que caracterizan esta edad aceleran el crecimiento de los huesos, afectando la mecánica del movimiento de su propio cuerpo. Este es un buen momento, también, para introducir el estudio de la Mecánica, específicamente máquinas simples, aprendizaje que se integrará en 8º grado, cuando se estudie el sistema óseo. 
    El estudio de la Química se introduce con los fenómenos de combustión, ácidos y bases. A partir del proceso de combustión, se lleva la atención a un proceso análogo de trasformación de la materia y liberación de calor, pero que ocurre en el interior del cuerpo humano: la digestión, en la clase de Fisiología. El deseo de conocer el mundo, que  muestran los adolescentes, también es un deseo de conocimiento de su propio cuerpo. Además del aparato digestivo, se estudia el aparato circulatorio y el respiratorio. Este es un buen momento para desarrollar una sana concepción del cuidado del cuerpo a través de la atención al tipo de alimentos que se consumen y la calidad del aire que se respira. 
    La exploración de lo desconocido se lleva al plano de las Matemáticas introduciendo los números negativos. En la multiplicación y división de números negativos, el referente físico se pierde; sin embargo, con su naciente pensar abstracto, el joven es capaz de comprender nuevas facetas del mundo de los números. La introducción del Álgebra permite a los jóvenes experimentar los números en un nuevo lenguaje simbólico, un nuevo mundo con asombrosas posibilidades.
    En el proceso de individuación de los jóvenes de 7º grado, sus opiniones se vuelven vehementes y su actitud puede ser obstinada.  Todo esto no es más que una máscara con la que ocultan, protegen los estados interiores de su alma en la que imperan el asombro y la sorpresa ante lo nuevo y lo desconocido y en la que comienzan a surgir anhelos propios. Estos estados interiores se encauzan con ejercicios de observación y composición relacionados con la sorpresa, el asombro y el deseo en la clase de Lengua Materna.
    En su paso por los grados anteriores, el niño comenzó por la geografía de su casa, luego la de su localidad, la de su estado, la de su país y en 6° grado, la de su continente. En la geografía de 7º grado, se amplía la visión a las culturas de diferentes partes del mundo, particularmente las de otros continentes, por lo que se introduce la Geografía Cultural. Con ella, los jóvenes puedan explorar la lengua, la música, el arte de grupos humanos de otro continente, y así abrir los horizontes de su concepción del mundo.
    Esta descripción no es exhaustiva, pero resalta la esencia del grado en cuanto a las fuerzas que viven en el interior del adolescente, es decir, fuerzas de transformación relacionadas con la exploración, el descubrimiento, la búsqueda de nuevos horizontes, la conciencia de otra perspectiva, el cuestionamiento de la tradición y de lo establecido, y la transformación del pensar imaginativo hacia un pensar abstracto. La infancia quedó atrás, inicia la exploración propia del mundo exterior y del mundo interior.